Era la temporada 1995-1996 bajo el mandato de Ignacio Valero en el CF Talavera, Miguel Ángel Iglesias en la dirección deportiva y Felix Bardera Sierra, Felines, en el banquillo. Tras una temporada convulsa donde Ignacio Valero -por el mes de enero- pidió a sus jugadores que no realizaran declaraciones ni a la SER ni a la COPE sin que ni entrenador ni jugadores lo aceptaran, se llegaba al mes de junio y Miguel Ángel Iglesias dejaba de ser director deportivo del club blanquiazul, tras llegar a un acuerdo con la entidad para rescindir el contrato que finalizaba el 30 de junio de 1997. Dos años de estancia que califican como “los mejores deportivamente hablando de la historia blanquiazul”, en palabras del propio Iglesias. Nuestra información del número 27 del “Heraldo Deportivo” bajo la firma de Manuel Hernández, reflejaba que “Iglesias se marcha desencantado del conjunto blanquiazul por culpa del presidente, que a lo largo de la presente campaña ha incumplido sistemáticamente lo acordado entre las partes. Hasta el punto de llegar a adeudar a su director deportivo nueve mensualidades, según reconocía el vicepresidente Antonio Serrano, que manifestaba que Iglesias solo ha cobrado el mes de septiembre”.
En la misma información se llegaba a decir que Iglesias, dos meses antes, había puesto su cargo a disposición del club, “porque no quería seguir grabando la economía del club y verse, personalmente, con más incremento de deuda -hasta junio del año siguiente- difícil de cobrar. Valero se negó y llegó a decir que “Felines, Iglesias y yo, dejaremos el Talavera CF al mismo tiempo”. La presión de parte de la directiva hizo el resto para convencer a Valero, que finalmente permitió la salida de su director deportivo tras el acuerdo por el que Iglesias perdía una mensualidad y media y quedaba en libertad. A cambio, cobraría los siete meses y medio en tres “cómodos” plazos con fecha del 20 y 30 de agosto, así como el último el 15 de septiembre. ¿Solucionado parte del conflicto?
No, porque estaba claro que a continuación llegaría una nueva “dimisión” que hacía inviable la máxima de Ignacio Valero “Felines, Iglesias y yo, dejaremos el Talavera CF al mismo tiempo”, puesto que el de Pedro Bernardo ponía el punto y final a su estancia en Talavera., en una temporada en la que el club había generado un déficit de 50 millones de pesetas. Felines -con contrato vigente- se marcha perdonando una deuda seis de los nueve millones que le adeuda el club. De nuevo Manuel Hernández lo reflejaba en su reportaje “La película La Isla de las Cabezas Cortadas” tiene su realidad en el Talavera CF” era el titular del mismo. En él hacía un paralelismo con el guión del film de aventuras de Renny Harlin, y entre otras cuestiones argumentaba que “tras los últimos acontecimientos que han rodeado al conjunto blanquiazul es ahora difícil identificar al bueno, al villano o al guapo protagonista”. De intriga y suspense, más que de aventuras, catalogaba Manolo la situación del club blanquiazul donde, “el villano parece ser ahora el héroe y éste se ha vuelto el malo de una película que más que aventuras parece de intriga y suspense”. La desbandada de un plantilla de mucha calidad que acabó sexto y no pudo cumplir el objetivo del play off -quedó a 7 puntos del cuarto que fue el At. Madrid B- “huyó en desbandada” con el meta Ignacio a la cabeza y seguido de los Luengo, Zornoza, Cobos, Criubaldo, Ramírez, Yuste... Sólo José Ángel y Javi -éste con contrato en vigor- se quedaban. Valero no se dio por aludido y con la acostumbrada soberbia que acostumbraba a esgrimir por aquel tiempo manifestaba “vamos a formar un equipo fuerte, mejor del que algunos medios de comunicación están hablando”. Fin de texto, que día Mariano Rajoy. Después, Flines firmaría por el Marbella y tras pasar por equipos como Fuenlabrada, Guadalajara, Linense, Getafe y Badajoz volvería a Talavera para dirigir los destinos del CD San Prudencio en la temporada 2010-2011 con Pedro Flores como presidente. Iglesias entrenaría al Moralo, UD Talavera con la que llegó a jugar una promoción de ascenso a Segunda B contra el Baza, Moralo de nuevo para convertirse en el enytrenador que más partidos ha dirigido a los vecinos extremeños -332 en total- y de nuevo Talavera. Ahora se divierte con los amigos jugando al fútbol los domingos por la mañana en el campo de la Universidad.
La marcha de Iglesias sería así reflejada por el responsable por aquel entonces de la sección deportiva de la Voz del Tajo, Igroso.
Y se fue...
La noticia escrita está:
Iglesias el deseado
deja su casa y se va
por alguien defenestrado.
¿Desengaño o arrebato?
Algo de eso, lectores;
hay rescisión de contrato
con el club de sus amores.
De testigo está Serrano;
de oyentes, los periodistas
y Migue como humano
descubre todas las pistas.
“Os convoco a esta reunión
para dejar bien sentado
que no hay tal dimisión,
que me voy desencantado
con esta personalidades
que rigen la institución.
Son nueve mensualidades...
Y eso no es mojo picón.
Mientras yo no protesto
por entender que hay penuria
se buscan este pretexto”:
“Iglesias, es esta curia
la que piensa que tu cargo
carece ya de algún sentido
pues es tu sueldo largo
y el otro ya ha descendido.
Y en prueba de gratitú
y muestra de la amistad,
que cobren tos menos tú,
perdona una mensualidad
y acepta este pagaré
para diciembre o enero,
pues sabes como yo sé
que no hay en caja dinero”.
Miguel Ángel compungido,
desencantado y prudente,
solo dice que ha incumplido
su palabra el presidente.
Y a modo de colofón
lanza mensaje y aviso:
“Yo me cargué a la UNIÓN
y me pagan de este guiso.
Yo les quité a Retamal,
a Víctor, García y Gustavo.
Y mal me lo pagan, mal,
que apenas me dan un chavo.
Yo les quebré el futuro
y sembré en su camino lodos.
Y a cambio pagan a todos
y a mí no me dan ni un duro.
Yo les puse la espoleta
formando casi una guerra.
Y no me dan ni una perra.
¡Mira que tienen jeta!
No hay en el mundo decencia
le dijo Migue a Manolillo.
¿Le remuerde la conciencia
o es que le duele el bolsillo?
¡Ay director deportivo,
cuánto se alegra alguno!
Hoy consideré oportuno
Situarte en mi objetivo.