Las mujeres siguen siendo “las reinas de la conciliación”, muchas veces teniendo que hacer malabares para compatibilizar vida laboral, familiar y personal, en una sociedad donde las mujeres siguen siendo quienes de forma mayoritaria se ocupan de las tareas del hogar y de cuidados de descendientes y personas mayores.
Esta semana conocíamos los datos del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) relativos a las prestaciones por nacimiento y cuidado del menor en Castilla-La Mancha gestionados en el periodo de abril a septiembre, es decir, desde que entrara en vigor el Real Decreto Ley 6/2019 de medidas urgentes para la igualdad de mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. De las prestaciones que se tramitaron en la región, 4.701 fueron disfrutadas por las madres y 6.687 por los padres.
No deja de ser curioso que las prestaciones de “paternidad” sean en número muy superior a las de “maternidad”, un 58,71% del total frente al 41,28%, cuando somos las mujeres las “reinas de los cuidados”, las que nos ocupamos de manera muy mayoritaria a las tareas del hogar y de atender a hijas, hijos y personas dependientes. Para CCOO CLM la respuesta a esta situación está en que la tasa de empleo de los hombres con hijos es superior a la de las mujeres, con un 89,4% y un 68,2%. Una brecha que aumenta de manera exponencial conforme se incrementa el número de descendientes, pues en el caso de las mujeres la tasa de empleo disminuye a medida que crece el número de descendientes.
Los datos relativos a excedencias de cuidados por descendientes y familiares durante los primeros nueve meses del año, nos indican exactamente lo mismo, que efectivamente las “tareas de cuidado y atención familiar” sigue recayendo en las mujeres. Del total de 1.765 excedencias tramitadas, 1.583 fueron solicitadas por mujeres, un 89,68% (un 0,73% más que las cifras arrojadas a nivel estatal), frente a 182 solicitadas por hombres, un 10,32%.
Y es que son cuestiones claras que ya sea por razones económicas, al ser las mujeres las que tenemos los salarios más bajos, o por cuestiones de roles de género, y que los cuidados todavía son asumidos como “nuestro papel”, somos las mujeres las que seguimos asumiendo esas tareas, que son fundamentales en nuestra vida y en la de cualquier persona (el derecho a ser cuidada), pero desde luego sí menos reconocidas y que lastran no sólo nuestra vida laboral, sino que va más allá, con esa penalización en las cotizaciones para las jubilaciones, que también vemos cómo se ven tremendamente perjudicadas.
Estamos en un momento en el que las políticas en materia de igualdad tienen más respaldo, cobran más relevancia, lo vemos con normativas aprobadas este año (como el RDL 6/2019 de medidas urgentes para la igualdad de mujeres y hombres en el empleo y la ocupación; o el RDL 8/2019 de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo) que, con sus luces y sus sombras, ponen de manifiesto la necesidad de situar la corresponsabilidad en el centro de las relaciones laborales, equilibrando licencias, permisos, ampliando obligatoriedad para que las empresas negocien sus planes de igualdad, protegiendo la igualdad salarial obligando al empresariado a respetar la prestación de un trabajo de igual valor la misma retribución…
Pero para CCOO de Castilla-La Mancha no es suficiente y no lo será hasta que la igualdad sea una realidad. Cierto es que el papel y la normativa lo aguantan todo, pero cuando nos vamos a la vida real y a la frialdad de los datos, nos encontramos con una triste realidad y es que ser mujer y trabajadora conlleva una carga adicional en el esfuerzo y trabajo también en el hogar, la denominada “doble carga laboral”.
Por ello, desde el sindicato hacemos hincapié en que tenemos que ser capaces de introducir modificaciones a través de la negociación colectiva y el diálogo social, en los convenios colectivos, en los planes de igualdad, incluso en los protocolos de actuación en los centros de trabajo. Ser capaces de implementar medidas que fomenten y faciliten la posibilidad de conciliar también de los hombres, de forma que avancemos en corresponsabilidad. Que no sean siempre las mujeres las que tengan que renunciar a la promoción profesional o a tener las mismas condiciones de jornadas, horarios y contratos, que no sea siempre sobre las mujeres sobre quienes caigan “las penalizaciones”, que no suponga un menoscabo en nuestra vida profesional el hecho de ser madre, hija, hermana o cuidadora.
Este es uno de los retos para las Comisiones Obreras, un sindicato feminista para el que la igualdad con mayúsculas es nuestra piedra angular.
Rosario Martínez
Secretaria de Mujeres e Igualdad de CCOO CLM