Un julio sangriento: el segundo mes con más víctimas del machismo en 13 años de estadísticas
Con el asesinato de Pepi, se cierra un mes con 10 víctimas de violencia de género. Además, otros dos casos anteriores se han confirmado en julio.
jueves 01 de agosto de 2019, 10:11h
Piedad, Mónica, Maisu, Elena, María, Riet, Eva, Marichu... y Pepi. Con este último, son nueve los nombres de las víctimas asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. A esto hay que sumar, la muerte de Cristian, el niño de 11 años apuñalado por su padre. Esto deja un mes de julio sangriento, porque a todas estas muertes podríamos sumar otros dos nombres: el de Vianca y el de Manoli. La primera, aunque fue dada por desaparecida hace casi un año, fue declarada víctima de la violencia machista este mes; la segunda, cuando todos creían que murió de forma natural, se descubrió que fue asfixiada por su pareja. En total, 12 víctimas mortales del machismo en este negro mes de julio.
Desde que el Ministerio de Sanidad e Igualdad recopila datos (2003), solamente ha habido tantas víctimas de violencia de género en septiembre de 2018, cuando 10 mujeres y dos niños fueron asesinados.
impensable que julio acabase de una forma tan trágica y que, a su vez, comenzásemos agosto tras el asesinato de Pepi.
DE PIEDAD A PEPI
Desde que el pasado 2 de julio se tuvo conocimiento del asesinato de Piedad Cruz a manos de su marido Juan Rosales en Rute (Córdoba), la sociedad ha vivido con consternación cada uno de los casos de violencia de género que se han perpetrado en este mes. Maisu, repostera en Elche, decidió separarse de Pascual, el que fue su marido durante más de dos décadas. Decidió poner fin a su relación. Ni el dolor de una ruptura podría justificar el destino que sufrió. Su marido aguardó a que llegase de trabajar para degollarla. En su caso, nunca había presenciado malos tratos o dejado constancia de ellos. Sin embargo, Riet Suy, sí vivió durante su matrimonio un auténtico infierno. Su círculo cercano aseguró tras su muerte que las discusiones con Danny eran constantes, incluso con violencia de por medio. Tal era así, que durante la madrugada del 21 de julio, él la asesinó a puñaladas. Tampoco hubo ninguna denuncia en este caso, aunque ella tenía la intención de separarse de él.
VIOLENCIA CON O SIN DENUNCIA
Quien sí denunció malos tratos fue Mónica. Fue en 2011. Tras una discusión con Biser, su pareja, acudió al cuartel de la Guardia Civil para presentar una denuncia contra él. Presentaba lesiones. Él, por su parte, fue detenido y puesto a disposición judicial. Su caso fue archivado. El pasado 8 de julio, los vecinos de Salas de los Infantes (Burgos), encontraron el cuerpo de la mujer en el suelo. Presentaba heridas de arma blanca y fue arrojada por la ventana.
María en Vilalba (Lugo) llegó incluso a separarse de su pareja, Manuel. Llevaban sin estar juntos más de un año. Incluso pesaba una orden de alejamiento sobre él desde hacía dos semanas. La medida interpuesta por el juez no fue efectiva; el hombre acudió el sábado 20 por la mañana a la casa de su víctima quien, además vivía con su padre. La asesinó en el garaje y después se ahorcó. Fuesen parejas, matrimonios, estuviesen juntos o separados, parece que la violencia de género no conoce ni de compromisos ni de distancias. Todas estas muertes ponen de manifiesto que la violencia machista debe ocupar el centro del debate político y social.
INCLUSO UN PARRICIDIO
Los últimos días de julio la violencia de género sacudió a Cristian, aunque no fue la última víctima. Este niño de 11 años fue asesinado por David, su padre, el pasado 25 de julio en Beniel (Murcia). Momentos más tarde, se suicidó. Sus familiares aseguraron que el motivo que le llevó a cometer semejante atrocidad fue vengarse de su mujer, de quien recientemente se había divorciado.
El último caso del mes, y el más reciente, es el de María Josefa. O Pepi, como la conocían en su pueblo de Burgos. Fue asesinada 31 de julio por su marido Rafael, quien después de matarla con su escopeta, tuvo a bien quitarse su propia vida. No sin antes herir de gravedad a su hijo.
Junto con todas estas víctimas, quedan hijos, madres, padres, parejas y familiares rotas.