Confirman la condena de 112,5 años de cárcel al hombre que violó a sus hijas menores y las dejó embarazadas
miércoles 05 de diciembre de 2018, 14:28h
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la condena de 112,5 años de prisión impuesta a un vecino de Villafranca de Duero (Valladolid), Petrica C, por delitos de agresión sexual y maltrato habitual sobre sus dos hijas, cometidos entre 2015 y 2017 en las localidades conquenses de Sisante y Cuenca, así como en otras de Castilla y León, cuando la mayor contaba con 15 años y la otra con 16. Ambas quedaron embarazadas y abortaron.
En su sentencia, el Alto Tribunal castellanoleonés desestima el recurso del condenado y confirma en su integridad el fallo, de fecha 5 de julio de 2018, de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia provincial, que halló al citado individuo autor de ocho delitos de agresión sexual, cinco de ellos sobre la primera de ambas niñas y otros tres sobre la segunda, así como de otros cinco de maltrato habitual sobre ellas y la esposa, según informaron a Europa Press fuentes del TSJCyL.
La condena se elevó globalmente a 112,5 años de cárcel, junto con distintas medidas de seguridad y prohibición de aproximación y comunicación con sus víctimas y la pérdida de la patria potestad respecto de ellas, al tiempo que contemplaba el pago de indemnizaciones para cada una de sus hijas por importe de 10.000 euros.
Los hechos se remontan a 2015 cuando el condenado, Petrica C, guiado por la finalidad de obtener un goce de índole sexual y aprovechando que se encontraba a solas en una nave de la localidad de San Clemente (Cuenca) con su hija de 15 años, le quitó la ropa a la fuerza y comenzó a golpearla en la cara para vencer su oposición, logrando de ese modo penetrarla vaginalmente, y todo ello bajo amenazas de que si contaba lo sucedido la mataría.
Esta situación se volvió a producir en la primera mitad de 2017 en Fresno el Viejo (Valladolid) y en Sisante (Cuenca), a donde habían ido a buscar trabajo, y las otras dos veces en el domicilio familiar, de Villafranca de Duero (Valladolid), a donde la familia se había trasladado a vivir en febrero o marzo de ese año.
El acusado también cometió en 2017 hechos similares en tres ocasiones con su hija nacida el 28 de julio de 2001. La primera vez sucedió en abril en una nave de San Clemente, donde tras desnudarla a la fuerza y tirarla sobre un colchón la penetró vaginalmente pese a sus gritos y resistencia, diciéndole luego que si lo contaba la pegaría y la mataría.
La segunda penetración tuvo lugar también es esa localidad y la última en el domicilio familiar.
Como consecuencia de los hechos, las dos víctimas quedaron aproximadamente en el mes de abril de 2017 embarazadas de su padre, practicándose sendos abortos el día 15 de junio de 2017, tras haberse interpuesto la correspondiente denuncia.
El acusado, además de crear ese clima de total dominación sobre sus dos hijas, a quienes, además de agredir sexualmente en las ocasiones referidas, golpeaba a menudo, también comenzó a golpear con mucha frecuencia a su pareja, en especial desde que se trasladaron a vivir a Villafranca y, sobre todo, en aquellas ocasiones en que ella, sospechando que pudiera estar utilizando sexualmente a sus hijas, le pedía explicaciones sobre los motivos de llevárselas de viaje o de meterse a dormir en la misma habitación donde ellas lo hacían.