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Los hechos se han venido incrementando desde los meses del pasado verano en la Basílica. (Foto: J.F.)
Los hechos se han venido incrementando desde los meses del pasado verano en la Basílica. (Foto: J.F.)

El conserje de la Basílica denuncia agresiones físicas y verbales por parte de algunos indigentes del entorno

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

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La mendicidad no es una práctica que pueda prohibirse siempre y cuando no haya ningún tipo de coacción hacía las personas susceptibles de poder contribuir con una pequeña limosna, pero hay situaciones en las que se traspasan límites en los que hay que pasar el testigo a las autoridades policiales. Así le ha sucedido al conserje de la Basílica de la Virgen del Prado, Pablo Fernández, quien ha denunciado recientemente ante la Policía Nacional agresiones físicas y verbales por parte de algunos indigentes que regentan en entorno del templo talaverano, concretamente de un hombre y una mujer.
El conserje de la Basílica ha denunciado la inseguridad que vive desde hace meses, así como alertó de “el peligro que esto supone en cuanto a los turistas que visitan esta obra arquitectónica emblemática de la ciudad y para los ciudadanos que la regentan a menudo para el culto y la oración”. Fernández recordó que esta pareja de mendigos “no han estado por aquí en los últimos años de bonanza”, aunque ahora han vuelto y han reivindicando su posición de dominio ante otros indigentes extranjeros que también permanecen a la espera de la caridad cristiana.
“Las peleas son constantes y yo he mediado muchas veces para poner paz”, recordó, aunque esta acción le ha costado numerosas agresiones verbales, incluso físicas, según subrayó, el pasado mes de septiembre. Fernández llegó a señalar que “me hacen la vida imposible; yo sólo quiero que haya paz y tranquilidad en el entorno de la Basílica”. Por eso, y sin tener más medios personales para intentar atajar este conflicto, determinó hacer uso de la ley para que se controlen este tipo de conductas. La vigilancia en las inmediaciones de los Jardines del Prado ha aumentado, según reconoció, aunque estas reyertas tienen lugar de forma puntual y cada vez más constante.

Pablo Fernández ha llegado incluso a plantearse dejar su labor en el templo religioso, ya que “el acoso es continuo”. Igualmente, reconoció que muchas veces le reclaman a él los donativos como parte de la comunidad religiosa. El conseje lleva años encargándose de la vigilancia, cuidado y custodia de la Basílica y destacó que desde que esta pareja regresó el verano pasado han sido testigos de acoso a algunos de los peregrinos o fieles que entran. “En Toledo o Burgos no se consiente que se pida limosna en la puerta de las catedrales, aquí es de los pocos sitios”, expresó. Pese a ello dijo no estar en contra de este hábito que practican muchas personas que no tienen techo bajo el que cobijarse. Fernández ha analizado esta situación desde hace meses y ha evidenciado que hay cada vez menos visitantes por la mañana. El concejal de Atención Ciudadana, Gerardo Pérez de Vargas, adelantó que se reunirán para tomar medidas.
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