Salir en la foto

Desguacemola hoy. Y hablemos de las fotos de los dos candidatos. La de Rubalcaba, por ejemplo, parece tirada en pleno mitin. Su objetivo es movilizar a los suyos, para evitar fuga de votos. Parece improvisada y pixelada para indicar que no han gastado mucho, ante la crisis.

Rajoy eleva levemente los ojos arriba, sugiriendo esperanza. Mirar levemente hacia abajo, como Rubalcaba, implica comprensión, diálogo. El mirar de Rajoy remite al desvío de ojos de Felipe en las elecciones de “Por el cambio”, y de “cambio” hablan, pero las gafas le hacen la mirada gorda: la crisis no permite demasiada nitidez.

Ambos candidatos están escorados. Las imágenes en tres cuartos conllevan movilidad, acción, no suenan a carnet.

Ambos miran de izquierda a derecha. Es dirección de lectura y por ello recibimos la imagen con mayor comodidad y armonía.

Además, mientras los cartelones peperos exhiben a Tizón, Maroto y el de la moto, Rubalcaba va solo. Los candidatos dan sensación de equipo cuando tu reputación es buena. Si no, parecen carteles de “se busca”.

Rubalcaba, posa en leve contrapicado que lo endiosa moderadamente, recordando ese aire felipista de partido de líder. La mano derecha adelanta levemente el nudillo pero hace puño, mientras la izquierda parece explicar con los dedos, recordando ese palo y zanahoria de razón y ataque amalgamados que tantos éxitos les dio en los 80. Por eso se desempolva a Felipe en los mítines.

También es un clásico llevar o no corbata, signos formales de cada ideología.

Y luego está el imperativo verbal, proclama directa, sin sugerencias, propio de una urgencia, de actividad expeditiva.
“Pelea” sugiere fuerza. Súmate, añadirse con naturalidad, no quedarse fuera de la mayoría. Pelear conlleva la posibilidad de perder, una necesidad.

Pero si hay algo común en ambas fotos es que ninguno nos mira de frente, como si, ante lo que se avecina, no se atrevieran a prometer demasiado.