La comunidad del motor queda huérfana con el fallecimiento de uno de los mayores impulsores del automovilismo en la región manchega.
Por pura vocación dedicó su vida entera al deporte del motor, desde su comienzo como piloto y miembro activo en la organización de carreras en las décadas de los 70 y 80, hasta entregarse a la vicepresidencia de la Federación de Automovilismo Castellano Manchega (FACM) en la que, sin duda, deja una huella imborrable.
Con sus más y sus menos a nivel deportivo, escribió su nombre con letras de oro en más de cuarenta pruebas automovilísticas, logrando ganar el Campeonato Zona Centro en dos ocasiones y consagrándose como uno de los mejores pilotos del ámbito nacional de la época y recordado por sus hazañas eternamente.
En lo personal, nunca faltaba una sonrisa, un consejo o una divertida anécdota que te llevaba tiempo atrás con nombres de otros grandes y reconocidos pilotos en la que, por su forma de contarlo, no podías terminar de otra forma que con una carcajada.
Los aficionados al motor siempre recordaremos el sonido de aquel mágico Renault 5 “culogordo” que ya se escucha alejándose hacia el último control horario de la única carrera que no ha podido vencer, pero que peleó hasta el final.
Gracias por la pasión, la entrega, el espectáculo y el legado que nos dejas.
¡BRAVO!
Jorge Gay