A pesar del cuestionable e incomprensible uso de la herramienta del referéndum, la crisis en Reino Unido, la victoria de la activación del artículo 50.....
A pesar del cuestionable e incomprensible uso de la herramienta del referéndum, la crisis en Reino Unido, la victoria de la activación del artículo 50, movimientos nacionalistas, nuevas elecciones generales y sus resultados en diferentes países del panorama europeo, así como todo ello sumado a la mala gestión de una fuerte crisis económica en la Unión Europea, la verdad y la fe política aún nos dice que existe la posibilidad de fomentar un modelo de convivencia y hacer frente a este desafío económico a través de una unión monetaria capaz de generar prosperidad, desarrollo y empleo en el corto y medio plazo. Elementos imprescindibles a la hora de cortar esta hemorragia ideológica de suicidas estrategias motivadas por las cada vez más habituales corrientes populistas en el ámbito político internacional.
Liderar un proyecto con visión, sentido común, y el despliegue de las nuevas estrategias jurídicas y fiscales al euro para un gobierno adecuando de la unión, serán hoy las claves del nuevo proyecto europeo. Pues el anterior al referéndum está marcado por factores como los recortes, el desempleo, salarios cada vez más escuálidos y la pérdida de derechos sociales en trabajadores. O al menos aquellos que aún pueden decir que lo son. Quizás por esta proyección es que en Reino Unido, aunque sin mucha lógica y en modo algo alocado, alguien decidiera votar por el famoso y de tendencia “Leave”. Apoyando con ceguera emocional y algo de desconocimiento a políticas antisistema cuya justificación reside en la irresponsabilidad política, en el cuestionable interés general, el mal uso de los referéndums y la soberanía parlamentaria, la emisión de preguntas opacas, la elocuencia desenfrenada y una reaccionaria forma de resolver los problemas internos de la actual incertidumbre experimentada durante la crisis económica en la Unión Europea. Hechos que finalmente repercutirán en frenar los esfuerzos de aquellos que lucharon por paliar las limitaciones de un modelo cuya legitimidad vendría dada en la medida en que existiera progreso y cohesión. En definitiva, derechos y libertades de una unión que ha de representar bienestar social.