De cuando Emilio Castelar, el presidente de la Primera República (1873-1874) visitó el 10 de octubre de 1874, al papa León XIII, lo que más confunde hoy mis pensamientos es el cariño de Castelar a San Francisco.....
De cuando Emilio Castelar, el presidente de la Primera República (1873/1874) visitó el 10 de octubre de 1874 al papa León XIII, lo que más confunde hoy mis pensamientos es el cariño de Castelar a San Francisco –Il poverello d' Assisi (el pobrecillo de Asís)–.
Cosas del talento, la elocuencia y la relatividad del tiempo, supongo que está finalizando el programa electoral español y conjeturo que el teléfono suena en la casa de Raffaele Luigi Pecci, aquel italiano que se convirtió en papa León XIII y que instalo hoy renacido en el panorama político español del con corbata y a lo loco de esta semana cautelosa. Salta del sofá y, tambaleándose, el papa 256 de la Iglesia católica se dirige al aparato –Bergoglio es el 266–. Al otro lado del aparato, cinco de los nuestros de hoy: Mariano Rajoy, Pedro Sánchez il poverello, Alberto Carlos Rivera Díaz el chico para todo, un tal Garzón Espinosa abanicando a un cual Iglesias Turrión ascendido a los infiernos para tratar de milagrear el futuro y, que no se me olvide, Francisco Javier López Álvarez, más conocido como Patxi López el lelo de Portugalete, ya amortizado en cinco meses de veraneo gratis et amore a pesar de vivir en el palacete de más de mil metros cuadrados de la calle Casado del Alisal una mansión de los madriles menos madrileños justo detrás del Museo de El Prado –Ator, ator mutil etxera (“ven, ven a casa muchacho”, le dice Begoña Gil, su esposa, porque a ella no le apeteció nada abandonar Bilbao y acompañar a la tercera autoridad de España)–.
En este Vado Permanente, el futuro es un recuerdo disfrazado de meme. Te lo cuento mientras va pasando lo que tenga que pasar, que ya veremos –en el lenguaje infantil, ‘meme’ significa “irse a dormir a la cama”–.