Todos somos contingente

La eternamente genial ‘Amanece que no es poco’ de nuestro paisano José Luis Cuerda contiene tantas y tantas escenas dignas de estudio que podríamos hacer un tratado infinito de cada situación, de cada interpretación, de cada gesto y de cada frase.

Me quedo, hoy, con aquella que repetía varias veces un vecino que coreaba graciosamente al alcalde “alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario”. De hecho en la escena tras las elecciones, en la que el estupendo Rafael Alonso (que interpreta al alcalde) comparecía para dar cuenta de los resultados, nada sobra: “En resumen, hemos ganado los de siempre, o sea yo, alcalde; de cura, don Andrés; de maestro no se ha presentado nadie, o sea que sigue don Roberto; de puta, Mercedes; también han salido cinco adúlteras, pero esto ya se lo diremos a ellas para que los maridos si quieren se enteren y si no, pues no; monja no hay... que no ha salido; la Cristina va a probar de marimacho unos meses y don Cosme, de homosexual (¡VIVA!). También ha salido que los de la invasión se tienen que ir... y si hay algún americano, también”. Ahí es cuando aparece el susodicho vecino con aquello de “alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario”, algo que me vino a la mente ayer con la comparecencia de Mariano Rajoy en el balcón de Génova.

Con todo merecimiento hay que felicitar el Partido Popular por su victoria y ‘resurgimiento’ en las elecciones de este domingo, enviar un serio rapapolvo al PSOE por conseguir el peor resultado de su historia, recomendar una importante reflexión a Ciudadanos por el retorno de sus votos al PP y una más que preocupante ‘bajada a la tierra’ para PODEMOS por su nada productiva fusión con Izquierda Unida.

En definitiva, que ‘han ganado los de siempre’ (como en la película de Cuerda), que cada uno ocupa su lugar como habitualmente y que la ‘invasión’ no hay sido para tanto.

De hecho, me da la impresión que muchas otras de las situaciones que siguen arrancándome mil sonrisas cada vez que veo el largometraje grabado en Ayna, Liétor y Molinicos se cumplen poco a poco. Si no, repasen aquella en que el escritor del pueblo es detenido por plagiar a Faulkner, algo parecido a lo que algunos/as quieren hacer por estos lares arrogándose la bandera de la igualdad y la justicia. Igual pronto se ven con las manitas ‘a las dos menos diez’ por abrir la boca demasiado. Y de lo de las elecciones... pues si les digo que no tengo nada claro, les soy sincero. A nuestro país nos lo tienen despistado.