La Carta del Director | ¿Qué es prevaricar?

Pues bien, el pasado mes de abril de 2015 la junta de gobierno del Ayuntamiento de Talavera de la Reina, a solicitud de la empresa propietaria de la Plaza de Toros, informaba favorablemente certificando la viabilidad de la ampliación de actividad en la misma.
Lo que ocurre es que hoy mismo, el grupo municipal de Ciudadanos en ese mismo consistorio ha desvelado que la Plaza de Toros cuenta con un informe ITE (la famosa inspección técnica de edificios) desfavorable, con lo que cabe preguntarse en qué documentación se basó la junta de gobierno para autorizar las actividades que se han ido desarrollando desde hace casi un año en la conocida como ‘La Caprichosa’.
Según ha hecho público Ciudadanos, “los resultados no pueden ser más preocupantes: ‘se han detectado deficiencias que afectan a la seguridad constructiva del edificio; estructura y cimentación desfavorable; cubiertas y azoteas desfavorable; estado de las redes de fontanería y saneamiento desfavorable: resultado final: DESFAVORABLE. Las condiciones de seguridad constructiva son desfavorables’.
Si esto es así, puesto que el respaldo de esas afirmaciones se encuentran en el negociado de Urbanismo del propio Ayuntamiento, como ha confirmado el líder de Ciudadanos Jonatan Bermejo, ¿a qué estamos jugando?
Además, “ya en 1999 los servicios técnicos de urbanismo recordaban, con lo que no era la primera vez que lo advertían, que el estado de seguridad de la Plaza es mínimo para poder desarrollar festejos taurinos”.
La ordenanza de la ITE entró en vigor a finales de febrero de 2013, por orden de la concejala de Urbanismo María Rodríguez Ruiz, y les invito a que la consulten en el BOP del 25 de febrero de ese año para comprobar si todo lo que en el amplio reportaje que publicamos en estas páginas es correcto. En la disposición adicional tercera de la citada ordenanza aparece que ‘no se concederá ningún tipo de licencia municipal relativa a los edificios para los que no se haya aportado Certificado ITE’, entonces ¿seguimos jugando? Muchos vamos a los toros y nuestros hijos a la terraza de verano, ¿verdad?
Si a esto unimos varios desgraciados antecedentes ocurridos en la ciudad en los años 1981 (se desplomó el pórtico de la iglesia de San Francisco falleciendo dos personas bajo los escombros); 1988 (se vino abajo la fachada del Teatro Victoria sin que afortunadamente hubiera víctimas) y 2015 (un toro se escapa de los corrales y embiste a ocho personas provocándoles heridas de diversa consideración en pleno San Isidro), la cosa da miedo.
Yo no digo nada, pero aquí está empezando a aparecer un tufillo a chamusquina que me escama sobremanera. En fin, que cada palo aguante su vela y que se demuestre lo que hay. Para eso estamos.