Lo que tenía que haber sido un simple encuentro del grupo II de la Primera Autonómica Preferente entre el CF Talavera la Nueva y el Horche de Guadalajara se ha podido convertir en algo mucho más grave, si no llega a ser por el buen hacer del cuerpo técnico y parte de los aficionados que acudieron en la tarde del domingo al Municipal de Talavera la Nueva.
El encuentro transcurrió por los cauces normales de un partido de fútbol hasta la primera parte del encuentro, que se llegó con el resultado de uno a cero favorable a los locales. Pero a partir del inicio de la segunda parte, fue cuando las aguas empezaron a ponerse bravas. Concretamente en el minuto 56 de partido, cuando el colegiado ciudadrealeño, Muñoz Rabadán, expulsó por una mano involuntaria de Manu, que le supuso la segunda tarjeta amarilla, cuando el entrenador local, Jose María Rodríguez, estaba preparado para cambiarle. Esta expulsión provocó un cruce de declaraciones entre un futbolista del Talaverilla y otro del Horche, a lo que el trencilla no sé que se pensó que había sucedido desde la lejanía que se acercó hasta los dos futbolistas en cuestión y sancionó sin motivo alguno con tarjeta roja a Gudiel, cuando entre los dos jugadores no había sucedido nada, según manifiesta a este diario digital, Jose María Rodríguez.
Desde que el Talaverilla se quedó con nueve jugadores, el colegiado empezó a 'vacilar' a los futbolistas locales, llegándoles a decir a tres jugadores locales “voy a añadir diez minutos, hasta que marque el Horche y cuando lo hagan lo voy a celebrar”, anulando un gol sin saber por qué a los locales, incluso riéndose con una actitud chulesca ante los insultos de la grada. Pues como prometió a los futbolistas locales, después de expulsar a otro integrante del banquillo de Talaverilla, añadió diez minutos, y en el sexto empató el Horche y dos minutos después señaló el final de la contienda, tal y como relata el entrenador del Talavera la Nueva.
A la conclusión del encuentro, los nervios estaban a flor de piel y fueron varios los futbolistas locales, como aficionados que estaban presenciando el partido saltaron al terreno de juego con la intención de pedir explicaciones al colegiado que fue protegido por el cuerpo técnico y algunos jugadores y aficionados locales hasta alcanzar su vestuario sin que la sangre llegara al río.
Hasta el Municipal de Talavera la Nueva se desplazaron seis vehículos de la Policía Nacional quienes se encargaron de custodiar la salida del trío arbitral del feudo de Talaverilla, que se efectuó dos horas después de la finalización del partido sin que ninguno de los dos conjuntos recibiera acta arbitral. Ya que el colegiado realizará un anexo en el que explicara todo lo sucedido. La labor arbitral estuvo vigilada por un delegado del Comité de Árbitros que dio buena cuenta de lo sucedido.
Desde el Talavera la Nueva están temerosos de fuertes sanciones tanto al club como a los jugadores que, en el caso de que sean graves, podrían desencadenar incluso la desaparición del club.