¿Cuántos muertos necesita Europa?

¿Cuántas familias han de ser destruidas para que despiertes, Europa? Todos le llaman terrorismo cuando es una guerra total en toda regla. La guerra que nos han declarado los que quieren destruir nuestra civilización occidental, nuestro sistema de vida, nuestras creencias. Dice una frase: “en el amor y en la guerra todo vale” Todo vale para ellos que se aprovechan de nuestra indecisión, de nuestras dudas, de nuestra falsa percepción de lo que está ocurriendo, de nuestra falta de unión para hacerles frente y, en algunos casos, de nuestra cobardía. Si alguien cree que está a salvo en esta guerra, se equivoca totalmente. Antes fue Charli Ebdo, y antes Bali, y antes Inglaterra, y antes España, y antes Estados Unidos, y antes…25 años llevan azotándonos, matándonos, degollándonos, masacrándonos y después de cada batalla ganada por ellos oímos las mismas palabras huecas, “ El terrorismo no nos vencerá” “Francia –en este caso - será implacable” “Todos unidos - ¿unidos? ¿Dónde está la unión de Europa? - los venceremos”, para después volver a la inacción, una inacción tapada con reuniones, acuerdos que nunca se cumplen y discursos que no son más que florituras de palabras, pura logomaquia. Pero, eso sí, Europa abre las puertas de su casa a todos sabiendo que hay gente indigna que no merece ser recibida en ninguna casa, para demostrar que nosotros si somos buenos y participamos de ese buenismo que, junto al relativismo, asola Europa. Además, en Europa todos tenemos derechos, deberes pocos, pero derechos todos. Derechos para quien los merece y para quien no los merece. ¿Merece algún derecho aquel que ha quitado el primer y más sagrado derecho de una persona: LA VIDA? ¡Y la igualdad señores! En Europa todos somos iguales aún a sabiendas de que no lo somos. ¡Cómo pueden ser iguales y tener los mismos derechos unos asesinos podridos de odio y rencor que unos honrados padres de familia! Esos asesinos entran en Europa, viven en Europa, se acogen al Estado de Derecho de Europa, estudian en Europa, trabajan en Europa, disfrutan de las ventajas sociales de Europa y llegado el momento, MATAN EN EUROPA. Mientras, Europa dormita, permanece aletargada, solo se levanta para mirarse el ombligo, no mira más allá y cuando otra batalla más de esta guerra deja un reguero de cadáveres de hombre, mujeres y niños, las calles húmedas de sangre inocente y las familias destruidas; los derechos para todos, la relatividad, la igualdad, la tolerancia son incapaces de hacer frente a la determinación asesina y destructora de quienes quieren acabar con nosotros, porque mientras ellos matan y ganan batalla tras batalla de esta guerra total, nosotros nos reunimos para buscar acuerdos que cristalizan en reunirse de nuevo unos meses más tarde para buscar acuerdos.