Hace un año te entrevistábamos, José, sin ser aún candidato a nada. Tras los comicios del 24M, ¿cómo te ha cambiado la vida?
Me ha cambiado bastante y sin comerlo ni beberlo. Y como tú bien dices, hace un año estábamos intentando organizar un grupo de amigos, un grupo de gente comprometida en Talavera y en menos de un año, especialmente de enero a febrero... estoy de diputado y de vicepresidente primero de las Cortes. El cambio ha sido radical. Un cambio intenso e interesante a la vez que sofocante.
La vida tuya ha cambiado como me dices. ¿La vida de los castellano-manchegos ha cambiado este último año?
Yo creo que no, todavía no. Todavía hay mucho por hacer. Esta misma mañana estaba viendo una noticias: 'el producto interior bruto crece un no sé qué... los índices de consumo crecen hasta no sé cuánto...' . Estamos mucho mejor, decían. Cuando veo estas noticias que intentan animarnos... Y está bien pero... es normal que cuando alguien viene de muy muy abajo cualquier cosa que pase signifique un incremento, sobre todo cuando se habla del PIB. El PIB es muy fácil que aumente. Para mí el principal dato es el de la pobreza y el de la desigualdad económica. Y en estos casos los datos son alarmantes. A los castellano-manchegos no les va mejor, aunque a algunos sí, pero es que siempre hay gente a la que siempre les va bien.
Seguro que tienes una agenda repleta con los miles de problemas que tiene la región, que tiene la ciudadanía, pero ¿ahora mismo podrías decirnos cuáles son los puntos principales en los que hay que centrarse, que hay que incidir más?
Son los de casi siempre. Nosotros propusimos en el programa un rescate ciudadano que era, por un lado, atender a una situación de emergencia ciudadana individualmente pero también a los autónomos asfixiados, por eso en el Plan de Rescate Ciudadano también había un plan de rescate a autónomos y pequeñas empresas que la crisis había barrido. Para mí siguen siendo las mismas. No ha pasado mucho tiempo desde las elecciones, desde la formación del Gobierno, y nosotros estamos atendiendo esas situaciones de emergencia, porque son eso de emergencias, pero no puede ser el plan digamos para la región. Hay un tiempo corto, breve, para atender que no haya niños que no estén suficientemente alimentados, y hay que intentarlo. Habría que hacer un plan de empleo potente, lo que pasa es que no se puede valorar una medida coyuntural como es el Plan de Empleo como una medida estrella. A mí me parece que eso es una primera medida de choque, alimentación, vivienda, digamos las coberturas para tener una vida dignada. Las ayudas sociales, los salarios mínimos de inserción... que estas cuestiones estén aseguradas para las personas que lo están pasando mal. Por eso en nuestro programa decíamos 'acción inmediata' hasta que termine este año y principios del año que viene. Y luego hay que pensar en una Castilla-La Mancha que se invente de alguna manera, la palabra no es reinventar, sino potenciar algunas otras cuestiones y que no estemos solo atendiendo a la urgencia.
Esas situaciones que según los planteamientos que tenéis podrían solucionarse en corto plazo ¿supondrían algún tipo de sacrificio? ¿Supondría que hubiera que renunciar por parte de gente a muchas cosas?
Depende de qué gente.
¿Alguien tendría que hacer sacrificios para que todos seamos más iguales?
Eso para mí es condición natural de la vida pero además me parece de sentido común. Nosotros en el programa habíamos planteado que si no hacemos esto no vamos a poder tirar demasiado para adelante, que hay que hacer una reforma fiscal más progresiva. Y sobre todo que todas esas desgravaciones al final acaban beneficiando a la gente que de por sí ya le va mejor o le va bien en la vida, y estamos encantados de que a la gente le vaya bien.
Yo lo digo muchas veces de una forma muy gráfica que nunca ha sido un problema que a la gente le vaya bien, el problema es que a la gente le vaya mal. Y a veces es verdad que quien tiene más tiene que contribuir más. Me parece que ése era el tercer principio de la Revolución Francesa sobre la que se construyeron los estados modernos y las democracias modernas, 'la fraternidad o la solidaridad'. Hacer una reforma fiscal donde la gente que tiene más aporte más porque al final va acabar repercutiendo en todos, porque si la gente tiene más dinero al final gastará más y activa la economía. Yo creo que todos tenemos que hacer esfuerzos. Todos tenemos que poner algo de nuestra parte. Nosotros, por ejemplo, de momento vamos a cobrar menos, hemos prescindido de coches oficiales, seguros de vida, etc. para que ese dinero pueda ser utilizado para otras cosas como proyectos sociales. Cada uno puede ir aportando su granito de arena y yo creo que en una sociedad que se quiera más justa, más igual, me parece que es de sentido común. Lo que no se puede hacer es pedir más esfuerzos a los que ya lo están haciendo, a la gente que realmente le va mal.
¿PODEMOS, o José García Molina, es tan radical como vende la gente?
Es que eso depende del concepto que le dé uno al concepto de radicalidad. Yo voy a tomar la pregunta desde otro lugar. A mí lo que me parece radical es lo que nos está pasando. Si por radical entendemos extremo, me parece extremo que haya niños que no tenga una alimentación suficiente, en una región como Castilla-La Mancha, en un país como España que se dice la cuarta potencia económica de Europa. Hoy Angela Merkel decía, 'la Europa rica' (risas) y yo digo que si la Europa rica existe ¿cómo puede ser que mucha gente lo pase tan mal? Los datos ya sabes que son escalofriantes. Hablamos de un cuarto de la población que está en situación de pobreza y de pobreza severa. Eso sí que me parece radical. Los planteamientos que hace Podemos o los planteamiento que hace José García Molina, si son radicales, es porque vienen a decir de alguna manera que esa lógica se nos ha vuelto. Y a mí no me parece nada normal. Esta lógica hay que invertirla y, claro, a los que se encuentran cómodos en esta lógica les parece radical que queramos acabar con ella. Si es por eso, yo soy radical. Soy radical en el sentido de que hay que cambiar el marco de la convivencia, hay que cambiar el marco de cómo están las cosas. Si eso es radicalidad, sí. Pero yo también llamo radicalidad desde el lado de la raíz que tiene cierta profundidad. En ese sentido, yo sigo defendiendo esos tres principios de la Revolución Francesa: libertad , igualad y fraternidad. Que parece que nos hemos quedado con el de la libertad y para quien pueda pagarla. Si eso es radical, lo soy.
Hemos hablado de política, pero me gustaría hablar más de relaciones políticas. No se si la comparación te va molestar o no pero quiero que me expliques o por lo menos que me digas ¿qué tal te llevas con la gente de PSOE? ¿PODEMOS, ahora mismo, vo- sotros dos sois la guindilla del cocido en las Cortes?
Bueno, digamos que como ahora somos la novedad hay una cierta atención y se nos mira a partes iguales con simpatía y con recelo. Desde las propias formaciones políticas, inclusos desde los propios trabajadores. Yo creo que los trabajadores de las Cortes, la prensa, etc. en principio nos miran así como diciendo 'hay aire fresco, hay otra cosa distinta'. en algún punto hemos captado esa atención. En cuanto a las relaciones, de las personas en general no hablo, si tengo que hablar que sea para bien, si es para mal intento no hablar porque no me interesan tanto los nombres, los colores... Me interesa las formas en las que hacen esa política y las decisiones que se toman. En lo estrictamente personal las relaciones son cordiales. Otra cosa son las decisiones que se toman, las posiciones en las que uno está y ahí chocamos más a menudo. Y me parece que, y eso sí que me gusta señalarlo que el punto de extrañamiento tanto para ellos como para nosotros es justamente el de las formas de hacer las cosas. Yo creo que hay lenguajes, dejes, tics, formas de hacer política que a mí me extrañan mucho. Digamos que son muy ombliguistas. Parece que solo miran su propio ombligo en vez de mirar hacia fuera. Las decisiones que tomamos ¿para quién son? ¿A quiénes benefician? A veces me da la sensación que desde un lado como desde el otro, tanto en el Partido Socialista como el Partido Popular hay un cierto cálculo de, 'bueno, si esto ayuda o no ayuda mi partido'. Y eso está demasiado presente y, claro, a nosotros eso nos choca mucho. No es que yo no tenga también un partido, pero digamos que mi primera preocupación es siempre hacia afuera. Decir, ¿estas decisiones que estamos tomando favorecen a algo de lo que pasa ahí fuera o no? Y quien se apunte la medalla, perfecto. Pero resulta que si a la gente le va mejor pues ponte la medalla, no me importa.
¿Es mejor priorizar entonces el interés común que el interés partidista?
Yo eso lo tengo clarísimo, Quizá entre otras cosas porque como no tengo la perspectiva de hacer carrera política y que mi idea es volver a la universidad pronto, no me importa demasiado ponerme medallas en los personal. Yo lo que quiero es que pasen cosas. Cuando uno piensa o quiere hacer carrera política supongo que ese cálculo es más fácil de hacer.
Ante notario firmó usted con el presidente actual de Castilla-La Mancha un decálogo con unas medidas para que se apoyara su investidura. Últimamente están comentando, acaban de producirse declaraciones por su parte en el sentido de que no se están llevando a cabo esas medidas ¿Cómo va terminar esto? ¿Hay marcado algún plazo?
Cómo va terminar depende siempre del Gobierno. Nosotros lo que hemos dado es un toque de atención no tanto porque no se estén haciendo las cosas, yo creo que sí que se han puesto a trabajar en ellas. Lo que hemos intentado decir es que los problemas que habíamos dicho que hay que atajar desde el minuto uno son tan graves y son tan de emergencia que hay que dar el 100%. No el 80%, ni el 50% ni el 30%. Hay que dar el 100%. Con el tema, por ejemplo, de comedores escolares donde nos estamos jugando la nutrición y la salud de la infancia. Además me parece un tema donde no hay margen para decir ‘no puedo’. Noso-tros tenemos dos ideas muy claras, lo primero es la gente y sobretodo la gente que lo está pasando peor, y eso es lo que llamamos emergencia ciudadana. Y la segunda, es que los márgenes de los posibles están para ensancharlos. Y, claro, cuando comienzan con los límites competenciales, con los límites de ‘no, mira, es que los ayuntamientos... Yo les digo, mira no, que yo lo entiendo, que yo los marcos los entiendo pero usted tienen que dar el 100%, incluso algo más. Me gusta decir que los marcos no sean las excusas ni el corsé, ni el problema para dejar de atender a situaciones que me importan infinitamente más que los marcos. Ahí es donde hemos querido señalar que, seguramente, el Gobierno podía haber hecho más de lo que ha hecho.
¿De lo que ahora se ha hecho, tanto del gobierno socialista como popular, nada vale?
Yo no me atrevería jamás a decir eso. Creo que a la vista está que en estos años de democracia, que veníamos de un país que tuvo cierto desarrollismo en los años 60 y 70, yo no diría eso. Tenemos un... hemos tenido un sistema de sanidad que ha sido de los mejores del mundo. Hemos tenido un sistema de bienestar, bueno de bienestar no lo diría, de servicios sociales relativamente bueno y potente. Hemos hecho grandes cosas en este país. Lo que pasa es que a mí hay dos cosas que me molestan. Una es que sean siempre los partidos políticos los que se atribuyan que han sido ellos los que han hecho eso. Cuando el PSOE dice 'hemos puesto...' les digo: 'mire, oiga no'. Es como cuando un presidente dice 'voy a construir un castillo'. Pues mira, no. Toma el pico la pala y encima no vas a ser tú el que cave. Yo creo que eso lo hemos hecho como sociedad. Es verdad que los partidos políticos han cumplido su función en eso. No es menos cierto que, paralelamente a esas conquistas y creo que este tiempo político indica claramente eso, se ha ido generando eso que nosotros hemos llamado casta, que no deja de ser un funcionamiento muy particular entre la clase política, la economía, los negocios, etc. Claro que ha habido grandes avances sociales pero ha habido grandes retrocesos democráticos, políticos, y por ahí está el problema. No es que todo lo que se haya hecho digamos socialmente como sociedad está mal, ni mucho menos. El problema es que la clase política se ha convertido en un problema.
¿Cuáles son las líneas importantes que tenéis para que esta región prospere?
A parte de lo que hemos dicho de atender a las situaciones de emergencia, de cara a un proyecto, el cambio de modelo productivo: Tenemos que dejar de ser una región (lo voy a decir así para que se entienda) exclusivamente agraria, rural, etc. No es que tengamos que dejar de serlo sino que no podemos seguir siendo solo eso. Tiene que haber una apuesta grande por el modelo productivo y distributivo de las riquezas. Uno de los grandes temas es el de las comunicaciones y telecomunicaciones. Tenemos dos entes que pueden servir muy bien a la articulación de esta región, la Universidad y la Radiotelevisón Pública, en colaboración con empresas privadas, pero el cambio productivo basado en la innovación y el desarrollo y en estos dos pilares que tienen que ver con la comunicación para nosotros es un tema de vital importancia. Eso por un lado, pero para que eso se dé hay que hacer un giro en la política. Ahí vienen dos cuestiones que ya hemos tratado. La primera es hacer una reforma fiscal que sea de verdad progresiva y distributiva a nivel regional. ¿Cómo digo esto....? La Junta de Comunidades ha sido, y quiero que se entienda, la empresa más grande de Castilla-La Mancha y creo que tiene que seguir siéndolo. Cuando hablamos de regionalizar, de tomar el control, nos referimos a que tiene que haber un peso de lo público en el modelo que región que queremos. Si lo dejamos liberado al mercado ya sabemos los efectos que produce. Esto no significa, como algunos querrán pensar, 'vais a nacionalizarlo todo'. No estamos hablando de eso, estamos hablando de una regulación. El otro día vi un película que tenía una frase que me gustaba mucho 'el libre mercado completamente regularizado, pero regularizado no por las administraciones públicas sino por los grandes oligopólicos'. Mientras que estemos en ese modelo... y es verdad que quizá Castilla-La Mancha no sea un paradigma de eso, pero participa también de eso.
En ese sentido y abundando un poco en la posibilidad de que lo público sea también preponderante, ha habido potenciación en estos últimos años de dos sectores que quizás hayan podido crear, no sé si toda la riqueza necesaria en la región como son el turismo y a nivel agrario, el vino. ¿esos no son sectores a aprovechar y hacerlos cohabitar con lo público?
Por supuesto. Cuando nosotros hablamos de modelo productivo no hay que pensarlo solo y exclusivamente en un sector. Hablabas ahora mismo del tema del vino. Hay mucho que hacer en temas de desarrollo, buscar nuevas variedades. Podríamos crear una variedad que sea 'Castilla-La Mancha' con esa idea que nosotros tenemos de construir región. Potencialidades hay muchas y eso lo llevamos diciendo desde el principio. Castilla-La Mancha es una región relativamente extensa, con poca gente, pero con bastante potencialidades si hay voluntad política y empresarial. Tenemos que ir hacia un modelo de desarrollo, de enriquecimiento pero más colectivo, más como región, no como el empresario héroe aislado que sale de la nada y acaba siendo Amancio Ortega. Pensar que las potencialidades del vino no tienen que ser solo para la región de donde es el vino, sino cómo conecto eso con la investigación en universidades. Esto tienen que ser una gran red, porque si no acabamos en islotes, islas aisladas y en personas concretas que son capaces de hacer un gran capital porque no revierte en los demás.
Me lo ha puesto en el plato porque iba a utilizar la frase de 'el Pisuerga pasa por Valladolid' pero la sinergia que ahora existe es la del Tajo y la del trasvase de la región ¿Qué piensa sobre esto en particular?
Pienso varias cosas distintas. La primera es que estamos siempre en un debate, a veces muy mal intencionado. Un debate que se comercializa, en un debate que ha servido de arma política y arma electoral. Yo todo eso lo puedo entender pero la verdad a es que no lo puedo compartir. A mí lo que me gustaría es que cuando hablamos del Tajo, del agua, o cuando hablamos del trasvase, son cosas distintas pero van unidas y habláramos en otros términos. Y los términos son los de los ideales que defiendo. A mí, obviamente, me gustaría y creo que es de justicia, que el agua que pase por Talavera sea un agua limpia, un agua suficiente. Para el abastecimiento como para la potenciación de la región para los cultivos que se quieran hacer o de actividades, de turismo, deportivas. En Talavera tenemos a los Cubelos, etc. En todo esto estamos de acuerdo pero hay que desmarcar el debate de eso, de esa politización, de esa comercialización y volver a pensar dos cuestiones. ¿Quién se está enriqueciendo con el modelo de trasvase? El otro día lo decía y lo comentaba antes. Hay que seguir el rastro del agua, del dinero y de las empresas, entes o entidades que están haciendo negocio con el agua. El agua es un bien público, común y tiene que ser un derecho.
Hay mucha desunión a nivel nacional y al final el perjudicado es el mismo. La última prueba la tenemos en el Consejo de Ministros con los últimos trasvases. ¿La prima tonta, por así decirlo, es Castilla-La Mancha?
En eso hay mucha gente que puede coincidir. Vuelvo a decir que, al final, cuando regionalizas el conflicto alguien tiene que perder. A mí me puede molestar que sea Castilla-La Mancha la que pierde y habría que ver los porqués, que seguro que serán otra vez políticos, económicos, etc. Por eso me parece que la forma de que nadie pierda es no regionalizar el conflicto sino hacerlo con una altura de miras que tenga que verse desde el Estado.
¿Como el Plan Hidrológico que propuso Aznar...?
Bueno, no sé si es el ejemplo más adecuado.
O alguna medida de ese tipo....
Hay que pensar en el trasvase o en los trasvases desde la altura de miras. A mí me gustaría dejar de hablar directamente del trasvase para poder hablar que los ríos tienen una cuenca ecológica que podríamos llegar a respetar, que es diferente de la cuenca legal y que el abastecimiento tiene que estar asegurado. Pero hay otras posibilidades como las plantas desaladoras. Hay más posibilidades que las que se nos quiere políticamente inculcar que es 'trasvase sí, trasvase no’, 'Castilla-La Mancha, Murcia'... Ese tablero de enfrentamiento de amigo-enemigo a mí no me sirve para pensar porque nos deja en la situación en la que estamos, que por aquí el agua que pasa no es agua.
Cambiemos de rumbo. ¿Tan mala persona es Pablo Iglesias?
Como tú dices, yo lo conozco y yo no he visto jamás a Pablo cometer ninguna maldad, eso para empezar. Además en el trato que he tenido con él, al contrario. Es alguien con quien te puedes reir muchísimo y de trato fácil. No le he visto todavía decir una mala palabra, seguro que las ha tenido como las puede tener cualquiera, pero yo no tengo la imagen de Pablo de mala persona pero, incluso, y es verdad que es algo que le dicen mucho y él alguna vez lo ha admitido, es que tiene esa especie de gesto como si siempre estuviera contrariado y eso es algo que él admite que es como su forma de estar, pero yo no creo que se pueda derivar de eso a que tenga malas intenciones ni nada por el estilo. Mi trato con él, vuelvo a decir, es de lo más normal.
¿Qué crees que pasará después de elecciones de diciembre en España y como influirá en Castilla-La Mancha?
Yo te puedo decir lo que me gustaría que pasara que supongo que es de cajón, me gustaría que PODEMOS gane las elecciones pero no por una cuestión estrictamente partidista, si no porque realmente confío y por eso estoy aquí, creo que es la única fuerza política a día de hoy en este país que tiene una verdadera vocación de cambio, de transformar las cosas. ¿Qué pasará? Pues al final estamos en lo de siempre, los votos lo dirán. Yo en el tema de encuestas no me he fijado nunca porque, aparte, creo que muchas están demasiado cocinadas en relación a intereses. A PODEMOS se nos ha inflado porque interesaba o se nos ha desinflado porque interesaba. Las encuestas reales se hacen el día de la votación. Ojalá ganemos y si no por lo menos que estemos en una posición franca y fuerte como para poder obligar a quien gobierne a hacer cambios en las políticas. El primer escenario que contemplamos es el de ganar, si no ser determinantes.
Vamos a algo más local, ¿crees que sigue latiendo el corazón de Talavera o crees que se ha parado?
Yo creo que está un poquito parado, aunque no comparto aquella expresión que una vez dijo Emiliano que “hay que darle electroshock”. Yo creo que hay que darle más bien cariño y reinventar cosas, no podemos seguir ni por este camino ni por los caminos anteriores. La idea de volver a lo que fuimos me parece a veces ingenua, en lo estrictamente personal yo nunca tendré treinta años ni estaré tan ágil y en las ciudades y en las regiones creo pasa algo parecido, quien se queda en la nostalgia de lo que fuimos me parece que se queda anclado.
¿Tú piensas en una Talavera innovadora?
Solo se me ocurre una Talavera innovadora, podremos lograr mejoras o cotas de menos malestar pero oTalavera innova o Castilla-La Mancha innova –además se trata de innovar como región, no se trata de ciudades o de provincias aisladas– o yo creo que vamos a estar siempre en segunda división.