El sueño de Carlos Maldonado Pinel se hizo realidad y en la noche del pasado 30 de junio se convertía en el ganador de la tercera edición de Masterchef, sucediendo en el palmarés a José Manuel y a Vicky. Pepe Rodríguez gritó su nombre y sus padres, su hermana y su novia formaron una piña mientras todos sus compañeros, ya expulsados, estallaban en alegría en el plató del programa de La 1.
La victoria estaba cantada para muchos, mientras que para otros la sombra de Sally, su archienemiga declarada, era demasiado alargada. Sally fue la primera en obtener la chaquetilla de finalista después de conseguir el mejor de los cuatro postres siguiendo los pasos del mejor repostero del mundo, Jordi Roca.
Después, fueron Carlos, Andrea y Antonio los que se disputaron la segunda plaza de finalista para el gran duelo final. Nada más y nada menos que cocinar para 12 personalidades de la sociedad española en el Hard Rock Hotel, donde se encuentra el restaurante 'Sublimotion', el más caro del mundo. Un menú degustación en este hotel de Ibiza cuesta alrededor de 1.700 euros.
El jurado decidió que el 'iceberg' -una especie de gazpacho congelado' y el 'infierno' -carne de buey con salsa barbacoa y sésamo negro-, platos que le tocó elaborar a Carlos, fueran escogidos como los mejores y, por tanto, el talaverano accedió a la final.
La rivalidad entre Carlos y Sally se palpaba, pero no era solo la paraguaya afincada en Ciudad Real la única que esta vez retaba al talaverano, sino que éste ofreció guerra: “voy a ir a saco, lo voy a dar todo y voy a ganar a Sally”. El jurado integrado por Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera definió que la final enfrentaría a la técnica y trabajadora Sally con el emocional y creativo Carlos.
Dos raciones de un entrante -un vanguardista bocata de calamares con pan de tinta-, dos de un plato principal -una merluza con ajo negro y pan ovalado- y dos de postre -torrijas con frutos del bosque-, fueron suficientes para que el de Talavera superara a su rival y alzara el título de Masterchef España en su tercera edición. Además de convertirse en el mejor cocinero amateur de España, Carlos se llevó el botín de 100.000 euros en metálico, publicar un libro de recetas y el máster de cocina, técnica y producto en el Basque Culinary Center.
Tanto el jurado habitual como los tres chefs invitados, Ferran Adriá, Joan Roca o Andoni Luis Aduriz, se deshicieron en halagos con ambos, aunque reconocieron el especial talento de Carlos para la cocina, destacando su riesgo, lo refinado de su emplatado y de sus texturas, lo bien resuelto de sus platos, la calidad para ensalzar sabores y la buena reproducción en sus creaciones pese a dar un gran salto de la cocina tradicional a la más vanguardista. Un sincero “chapeau” de Jordi Cruz fuel el último halago antes de que Carlos se abrazara a los suyos tras ganar el programa conducido por Eva González.
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