Muchos talaveranos sabrán guiar, reconocer o hablar del colegio público número 11 de Talavera, renombrado oficialmente desde el 1 de agosto de 2011 como Bartolomé Nicolau. Y muchos se preguntarán, ¿quién fue este hombre? Bartolomé Nicolau nació en Biniali (Mallorca) en 1908. Muy joven se vino a Talavera con un hermano suyo que era sacerdote y pronto empezó a estudiar magisterio en la Fundación Joaquina Santander.
En la Ciudad de la Cerámica se casó y tuvo once hijos con la talaverana Concha Castro, otro más en Madrid, de los cuales dos fallecieron y nueve hoy todavía cuentan su legado cultural y pedagógico. Después de la Guerra Civil fundó en Talavera el colegio Nuestra Señora del Carmen, en la todavía Plaza de Aravaca. Aunque hoy el edificio ya no está en pie, en los años 40 y 50 este centro escolar vino a traer mucha vida, además de convertir a Nicolau en un hombre “tremendamente popular por su honradez, eficacia, personalidad y bondad”, dijo su hijo mayor, Juan, quien reconoció que “toda Talavera pasó por allí”.
Su progenitor explicó que “su obsesión siempre fue la enseñanza”, aunque como el colegio era particular y tenía un gran familia a la que sacar adelante ingresó como funcionario en el Ayuntamiento, donde se jubiló pese a seguir trabajando en otras lides.
LA VOZ DEL TAJO. Unido a su nombre también va esta cabecera. A él fue a quién se le ocurrió fundar La Voz de Talavera, hoy La Voz del Tajo. Buscó a un periodista para que asumiera la labor de director, se asesoró con los responsables de la imprenta Ebora y muy cerca estuvo también su primo Juan Antonio Castro. El director de este semanario, Alberto Retana, hizo entrega a sus hijos de una reproducción del primer artículo que escribió el 24 de febrero de 1953, aunque se fundó en octubre del año anterior.
Su labor siguió también en la nueva etapa del periódico, ya como La Voz del Tajo -cuyo primer número salió el 4 de enero de 1978-, aunque ya lo había vendido en 1972. “Gracias a ello estudiaron sus hijos”, apuntó el mayor de ellos.
Estuvo muy involucrado en la vida social de la ciudad, de hecho, dentro de las campañas que hizo desde el periódico promovió la renovación del órgano de la Basílica Nuestra Señora del Prado. Su base musical en la Escolanía de Mallorca, una de las más célebres de España, hizo que también participara en un coro dirigido en Talavera por Eusebio Rubalcaba.
En los años 80 tuvo lugar uno de los reconocimientos a su labor emotivo y multitudinario y al que acudieron alumnos suyos ya asentados en diferentes puntos del país. El acto estuvo presentado por el poeta local Joaquín Benito de Lucas. Especial ilusión le hizo a Nicolau pasar lista por última vez a todos sus alumnos, a los que entregó un detalle cerámico.
COLEGIO BARTOLOMÉ NICOLAU. El maestro nació el 23 de abril de 1908 y falleció el 4 de marzo de 1985. Dentro de las actividades programadas en la semana cultural del colegio se fijó este encuentro con la familia del maestro que ha dado nombre a este colegio. La directora del centro, Sara Rubio, señaló la importancia de que sus 140 alumnos y 17 profesores conocieran de primera mano la figura de este hombre y, así, “dignificar la tarea de este hombre a nivel educativo y cultural”. Además, la directora se mostró confiada en que este primer contacto sirva para seguir manteniendo una relación formal con la familia de ya fallecido Bartolomé Nicolau.
Juan Nicolau recordó el honor que para ellos supuso que le dieran al colegio el nombre de su padre; “se honraba a una persona que se lo merecía, le conocían hasta las piedras por Talavera”, además de recalcar la huella que dejó su persona en localidades vecinas como Alcaudete de la Jara, El Real de San Vicente o Castillo de Bayuela. Respecto a la larguísima estancia de su padre en la Ciudad de la Cerámica, Juan manifestó que: “mi padre se talaveranizó, pero siempre se acordó de Mallorca y siempre que encontraba la oportunidad hablaba mallorquín con algún turista”. Para finalizar, su primogénito avanzó que están realizando una biografía sobre la figura de Bartolomé Nicolau.