Las deficiencias en el puente atirantado de la Ronda del Tajo, conocido como Puente de Castilla-La Mancha, vuelven a ser evidentes. En esta ocasión la imagen habla por sí sola. Fruto del desgaste o de la intemperie, uno de los tirantes ha perdido parte de la camisa que recubre y adorna este elemento de tensión entre el pilono y la plataforma del puente, tal y como puede apreciare en la zona marcada de la imagen junto al anclaje del tirante.
En varias ocasiones desde el Consistorio municipal han mencionado la astronómica inversión que se realizó en esta infraestructura, alrededor de 73 millones de euros, y la imposibilidad de poder hacer frente al mantenimiento de esta obra, que calificaron como “faraónica” y que ejecutó el Gobierno regional en el anterior mandato del socialista José María Barreda. El mantenimiento anual está valorado en 25.000 euros al año, y de 80.000 cada cuatro. Además, serían necesarias las pruebas de revisión de la tensión de los tirantes cada ocho años por parte de una empresa especializada ubicada en Suiza.
La Dirección General de Carreteras de Castilla-La Mancha publicó que los sobrecostes de esta obra fueron del 28%, lo que sirvió para levantar aún más la polémica sobre un puente que ha aparecido en varios medios nacionales e internacionales por su magnitud y también por su exceso. Hay que recordar que sus 192 metros de altura lo convierten en el segundo puente atirantado más alto de Europa.