Sin bandera en la procesión

No digamos lo de la independencia vasca, in pectore consentida y de hecho prácticamente conseguida. Zapatero/Rubalcaba lo pactaron y ahora juegan a mirar para otro lado, se convertirán en estatuas de sal como aquella mujer de la Biblia. Pasarán a la historia de España como traidores, y a la de Euskadi como dos grandes hermanos. En ninguna de las dos historias se contará que cuando llovió fuego sobre Sodoma y Gomorra, Dios les avisó con tiempo pero indicó que nadie se detuviera a mirar la destrucción de las ciudades. Mientras huían, los que se pararon para curiosear quedaron convertidos en estatuas de sal. No seré yo la mujer de Lot pero diré que un mar salobre cubre hoy aquel lugar.

Lo de la ausencia de la bandera de España en la procesión del Corpus toledano son palabras menores. Que se toque el himno nacional al entrar y salir la custodia del Santísimo por la Puerta Llana de la catedral, Cospedal y Page presidiendo por lo civil, poco importa. Ya explicó el PSOE que “quien critique su imposición laicista y abolición de las tradiciones es un analfabeto.” Cuando aquello, una encuesta de NC Report reflejó el grado de rechazo de las fuerzas armadas a la política de Zapatero: “El 87,8 por ciento de los encuestados estaba contra la prohibición de participar en actos religiosos. Solo un 6,3 por ciento estaba de acuerdo. Ah, y el 88,8 por ciento era partidario de que los cambios en el Reglamento de Honores pasen por el Congreso y no sean decididos solo por el Gobierno…”
Por segundo año, los cadetes de la academia de Infantería participaron de forma voluntaria en la procesión, con su general al mando pero sin la denostada bandera de España al frente o en un mástil. Brilló por su ausencia la denostada. El Ministerio de la Guerra que preside y ningunea doña Carme ha retirado los honores militares al Santísimo Sacramento, algo que se había preservado desde 1984 a pesar de que en ese año se retiraron los honores a todas las imágenes religiosas. El cambio está promovido desde el “Observatorio de la Laicidad” que ha creado el Gobierno Zapatero. Sin bandera en la procesión, Toledo se echó a la calle.