¿Y qué podrá pensar Gonzalo Lago de esto?

Cuando a uno se le abren las carnes, pocas excusas hay para disculpar inmoralidades como las que –a mi modo de ver– sucedió en el pleno del Ayuntamiento de Toledo el pasado día de San Isidro. Los niños con cáncer y sus familias están por encima de las disputas políticas. Por eso, me da auténtica vergüenza haber visto cómo el grupo municipal del Partido Popular, con el concejal, presidente provincial de su partido, presidente de la Diputación y Diputado Nacional Arturo García-Tizón López abandonaba el salón de plenos para no escuchar lo que tenían que decir los padres de esos niños oncológicos que reivindican mayor atención. Hay dos razones por las que su actuar, la de los concejales populares, debe una explicación a todos. A saber: ¿creen ustedes que esos padres se han plegado a comerciar con la enfermedad de sus hijos para apoyar alguna opción política? Les aseguro rotundamente que no. ¿Creen ustedes que sus reivindicaciones pueden esperar a que los niños se mueran o son tan urgentes como para defenderlas donde sea neceario? Respondan, por favor. Ya comenté en mi muro de Facebook que me parecía inhumano lo que hicieron ese 15 de mayo. Más incluso cuando uno de esos padres intentó entregar al líder popular un manifiesto con sus peticiones y éste le espetó un deplorable: “No me interesa”. No sé si alguno de los integrantes del grupo municipal popular tiene la desgracia de contar con algún hijo con esa enfermedad, pero si es así me parecería peor su actuar. Lo que me asalta, encendido como estoy por esta injusticia y este desprecio al derecho ciudadano a protestar y al mínimo sentimiento humano, es qué le podrá decir ahora el presidente del Partido Popular de la provincia de Toledo al Alcalde de Talavera, Gonzalo Lago, que también sufre cáncer. Más allá, me gustaría saber qué pensará el primer edil de la Ciudad de la Cerámica sobre el actuar de su líder. Y, ¿si esto hubiera ocurrido en el salón de plenos del Ayuntamiento de Talavera también habría ‘pasado’ Lago de las peticiones de los padres de niños con cáncer? Confío en que no. Y concluyo condenando, sin fisuras, el asesinato de la presidenta de la Diputación de León. Hay que condenar –siempre– lo condenable.