www.lavozdeltajo.com

Javier Fernández

Aguas mil

Aguas mil

miércoles 23 de abril de 2014, 10:51h

Escucha la noticia

Un año después de ser testigos de grandes catástrofes naturales como el terremoto que asoló Puerto Príncipe, la capital de Haití, y el que hizo temblar varios municipios de Chile (véase Monterrey), el agua se ha convertido en el mayor enemigo de la población en ciudades como Río de Janeiro (Brasil) y Brisbane (Australia).
Dos países muy alejados geográficamente, pero muy cercanos en cuanto a sentimientos, sensaciones y estados anímicos. La peor parte de la virulencia de las lluvias le ha tocado al país sudamericano con un balance devastador: más de 600 víctimas mortales. Con un Gobierno recién elegido, con la presidenta Dilma Rousseff a la cabeza, Brasil es un país que se ha visto superado por una circunstancia como ésta. La situación les ha desbordado, no sabían por donde atajarlo y, encima, tienen por delante un trabajo monumental para reconstruir todo lo que la lluvia ha destrozado a su paso. En Río de Janeiro, y otros muchos municipios y ciudades brasileñas, no está preparado para hacer frente a catástrofes naturales de estas magnitudes. Por eso, las autoridades civiles de Brasil se tienen que afanar ahora en poner en marcha labores de prevención para no volver a encontrarse con estas graves consecuencias. Muchas menos víctimas mortales, en torno a 17, se han localizado en la ciudad de nuestras antípodas, aunque los momentos que se han vivido no han sido mucho mejores. Pueblos y zonas totalmente asolados en el entorno de Queensland, cuya flora ha quedado totalmente reducida a lodazales y barrizales, y cuya fauna se ha aferrado a los recursos que estaba a su mano para salvar su vida. Koalas, canguros y serpientes están siendo las especies que más están dando que hablar, teniendo en cuenta que necesitan de su hábitat para seguir desarrollándose en buenas condiciones, sobre todo los reptiles, que se encuentran entre los más venenosos del planeta. La vida no es justa, así como nosotros, los seres humanos no somos justos en nuestro día a día. Es como el castigo divino que tenemos que arrastrar a lo largo de nuestra existencia. Mientras que en algunos lugares del mundo claman al cielo para que caigan unas gotas de agua bendita, en otros ruegan piedad para que se haga la claridad en el cielo. En Talavera y la comarca tenemos lluvias de forma intermitente, aunque en ningún momento está suponiendo ningún problema. No tanto los intensos bancos de niebla que tanto están dificultando la conducción. Pero aquí sí que hay solución: precaución, amigo conductor.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios