Olvidado en el sofá

Como estamos en campaña electoral, soltamos la piedra, cada cual en una dirección, y yo retiro lo de que el horizonte no existe. Que no nos vengan con cuentos chinos. Existe China, mi primo Manuel vive allí y su madre reza para que no vuelva casado. ¡Hay tantas chinas, que da vértigo pensar!
Cuando se muere Seve, da vértigo pensar. Cuando matan a Bin, el vértigo es pensar. ¿Pongo un ejemplo? Miren, la pasada semana a Zapatero le escondieron el discurso que preparó hace ocho años por si los americanos mataban a Bin, y en su atril de la historia ha aparecido el remitido desde la embajada de sus amigos del alma, los americanos de Obama. Norteamérica, descontados Méjico, Canadá, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Sotillo de las Palomas, es un patio de corral.

Miren, de gustos mucho hay escrito. ¿Toledo o Segovia? ¿Granada o Salamanca? ¿Cervantes o Shakespeare? ¿Juan o José? ¿José o Juan?... En el toreo, sólo eso: Juan o José. El 16 de mayo de 1920, a trescientos metros de esta redacción, a José se lo llevó un toro al otro lado del espejo. A Juan, un día le dijo Don Ramón del Valle-Inclán: “Ahora, Juan, ya sólo te queda morir en la plaza”. Y Juan, Juan Belmonte, le contestó: “Se hará lo que se pueda, don Ramón, se hará lo que se pueda.” Y no murió Juan en la plaza de Talavera. La cornada a bocajarro de un revólver le levantó la tapa de los sesos del dueño de un cortijo sevillano. Joselito y Belmonte, ¡da vértigo pensar que no nací a tiempo para verles torear! Se muere Seve. Matan a Bin. A José lo mata un toro en Talavera de la Reina. A Juan le suicida la propia vida en retirada. El horizonte existe, yo lo he visto, que me quiten lo bailao…
Si no fuera por lo que es, les diría que la vida es un cabo suelto olvidado en el sofá. Ya se sabe: dime quién eres y te diré lo que piensas, lo que dices y hasta lo que te han mandado o sugerido decir.
¿Les dije que estamos en campaña electoral? Pues eso.