Seguimos hablando, señor Lago

Continúo hoy con la ‘breve carta’ que la pasada semana comenzaba para ahondar en las necesidades que Talavera de la Reina tiene en cuanto a lo que a su Ayuntamiento se refiere. Y lo sigo haciendo por medio del escrito público dirigido a su Alcalde, el nuestro, por una razón poderosa: los talaveranos están pidiendo cambios, cambios que les ayuden a seguir adelante.

Pasaré a llamarle ‘de usted’ por aquello de la lejanía que ha querido marcar, a pesar de la confianza con que yo creía contar y le aseguraba hace siete días.

Le aseguro que la calle ya no confía en la clase política, le da igual un color que otro. Sólo quiere ver un aliado en quien les gobierna, no alguien suficientemente distante como para que ni siquiera les escuche.

Y es que las familias talaveranas están sufriendo solas, se sienten solas y sin nadie que atienda sus necesidades.

A pesar de lo que usted pueda creer (o lo que le cuenten los más cercanos) –señor Lago– nadie está en su contra, pero no podemos pasar más tiempo de travesía en el desierto. Escuche al pueblo, escuche a Talavera. Aunque usted quiera pensar lo contrario, ni La Voz del Tajo ni su humilde director estamos contra usted. Faltaría más, es nuestro Alcalde. Si no quiere ni saludarme, allá sus modos. Mi obligación como comunicador es ver, escuchar y contarlo. Infórmense, usted y los suyos, y actúen conforme a lo que necesita la ciudad a la que representa. Si a usted le molesta lo que en estas páginas se publica, créame que lo siento profundamente pero mi compromiso con la sociedad talaverana, toledana y castellano-manchega me hace cumplir con mi papel de altavoz de las necesidades de mi tierra, la nuestra. Como por ejemplo necesita a Senoble, una apuesta estupenda, pero que no es la panacea para acabar con los problemas de Talavera.

Aléjese, por favor, de ese mezquino plan que reza ‘dejemos que el tiempo lo arregle todo’.